Raúl Hernández Caballero

Relato ciencia ficción

Año 2187.  Después de la Segunda Gran Crisis del Agua, precedida de la Gran Guerra del Litio y que desencadenó la primera Gran Guerra Atómica con la que se despidió el siglo XXI, La tierra fue despoblada al 50%. A pesar de ello, la 7. Revolución Industrial propició una nueva etapa de crecimiento desbocado que en poco menos de 50 años provocó de nuevo la superpoblación del planeta Terra One ( ahora llamado así ).   

Una masa de post-humanos transgénicos amaestrados como monos para el consumo y usados como mano de obra barata en el mejor de los casos y alimento para el ganado y abono para los pastos, como el más común de sus destinos.  

Debido a este problema de superpoblación y ordenado por la élite del ya establecido Gobierno Mundial de forma permanente e inmutable, se comienza a crear un nuevo planeta satélite a Terra One, formado a base de basuras y mierda post-humana transgénica.  El núcleo de este nuevo satélite es muy denso para poder crear una atracción gravitatoria similar a la de la tierra pero con un tamaño del planeta más pequeño.  Lo suficientemente pequeño como para poder observar la curvatura del horizonte con claridad.

Enormes naves espaciales trasladan desde la Tierra al nuevo planeta todo tipo de material que luego con enormes mangueras apuntan al núcleo y disparan chorros que son atraídos por la acción gravitatoria ejercida por el núcleo superdenso.  

Se pueden ver un centenar de estas enormes arcas de deshechos con sus probóscides apuntando alrededor del núcleo en formación y disparando sus cargamentos en ráfagas coordinadas.

La creación de la atmósfera  se programó no con árboles si no con algas diatomeas. Un método más barato y más eficiente. para la generación de oxígeno que conformará la nueva atmósfera que dará soporte vital a este nuevo mundo putrefacto desde su origen.